lunes, 15 de noviembre de 2010

el buen Tolstoi...

Yo creía que todos los escritores, para ser reconocidos como uno de los mejores del mundo o de su época, tenían que haber tenido una vida trájica, llena de dificultades para poder llegar a ser lo que fueron, y que una vez que lo lograban, o ya estaban a un paso de su muerte, o la fama y el reconocimeinto los llevaba a perderse en vicios de cualquier índole, y por consecuencia, a su muerte. Sí, eso creía hasta que llegó Tolstoi, el ejemplo de hombre para la literatura, y no precisamente por sus escritos, que si bien eran buenos, no eran los mejores, pero si fue un ejemplo por la vida que llevó; caracterizada por ayudar a los más ncesitados y por querer alejarse de lo material: que ironía no, mientras unos escribían y escribían para poder llegar a ser reocnocidos y tener las cosas materiales que nunca habían podido tener, Tolstoi en cambio, buscaba la manera de deshacerse de todo para dárselo a gente que lo necesitara. Era algo así como el bueno de la película, lo que se reflejaba en sus escritos, pues en todos ellos quedaba alguna enseñanza, que llevaba al lector a reflexionar sobre diferentes aspectos. Pero aunque sí, sus escritos eran muy motivadores, la redacción a mi parecer no era la mejor. Me parece que mucha gente no reconocida como de los mejores escritores del mundo, podría redactar escritos mucho más llamativos, y que dieran más oportunidad a que volara la imaginación.
Debo decir que los escritos de Tolstoi no son mis favoritos, pero ubicándonos en el contexto de que él se preocupaba principalmente por los campesinos, entonces la redacción era la idonea; clara, sencilla, sin palabras rebuscadas y siempre con una enseñanza.
La personalidad de Tolstoi se vió reflejada en todos sus escritos, y coincido con Pablo Guinsberg ( mi profesor de literatura) en que más vale la pena leer a Tolstoi por su vida que por sus propios escritos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

aayyy Stendhal Stendhal.....

¿Qué escribir sobre usted don Marie-Henri Beyle ? La verdad es que cuando algo no le llena a uno, pues nomás no le llena, y es difícil creer que algún día terminará gustándole. Algo así me pasó con Stendhal, lo que probablemente haya sido porque mi primer contacto con´él, no fue ocn ninguna de sus obras maestras, o porque como dice mi profe, no podemos conocer a Stendhal, ni a nadie, por leer unas cuantas páginas.
Algo que me ha venido llamando mucho la atención desde que empecé a leer a todos estos autores, es le hecho de que ninguno de ellos nació para serlo, bueno por decirlo así, ya que si lo terminaron siendo seguro nacieron para eso, pues como dicen por ahí, las cosas no son lo que son, sino lo que terminan siendo. Y Stendhal, por una u otra cosa, terminó siendo uno de ellos, así que no se puede negar la pasión que él tenía por escribir, pues la gente no lo reconoció de un día para otro, fue un proceso que duró años; probablemente porque el reocnocimeinto de la gente no era lo que le importaba, simplemente lo hacía porque le gustaba y se sentía bien haciéndolo, aunque no siempre fue muy creativo; de hecho al principio digamos que le gustaba eso del plagio, y para no ventanearse, pues que más le quedaba que utilizar otros nombres para firmar, costumbre que se le quedó por toda la vida, pues casi nunca usaba su nombre real; cosa que para mí está bien, pues prefiero quedarme pensando que se llamaba Stendhal, y no tener nada en con tra de su nombre real y de él mismo, pues el único contacto que he tenido con sus escritos no ha sido nada de mi agrado, y aunque deben haber mil cosas mejores, el estilo es uno y no creo que cambie drásticamente de uno a otro; probablemente en algún otro momento trate de leer algo diferente a "El arca y el aparecido", el cuál a mi parecer es bastante aburrido, es como darle una embarradita a una historia sin gracia, y escrito con tanta simpleza que ni siquiera ayuda a imaginarse los escenarios y mucho menos los personajes.
Pero bueno, al fin y al cabo es ocmo una película, hay a quien le gusta, hay a quien no, pero cada quien debe verla o leerla con sus propios ojos para decidir y juzgar por sí mismos.

viernes, 29 de octubre de 2010

Dostoyevski en unas líneas...

Que si el hombre mide casi dos metros, tiene una barba bien cuidada que sobrepasa su barbilla, unos ojos más negros que la obscuriad y un cuerpo atlético marcado por años y años de esfuerzo.... nada de eso importaba a Dostoyevski, para él lo fundamental, lo único que nos llevará a trascender, es el alma; lo que sentimos, lo que pensamos, cómo nos comportamos ante las diferentes situaciones de la vida, lo que nos hace vibrar... y es sobre esto que escribía. Pero claro que para escribir sobre esto, tenía que conocer del tema, y vaya que lo hacía; inclusive el escritor austriaco Stefan Zweig, lo consideró como «el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos».
Pero sólo alguna experiencia sumamente fuerte, pudo haber llevado a Dostoyevski a poner absolutamente toda su atención en la psicología de las personas y a la vez, en sus personajes; y claro que no tuvo sólo una, fueorn muchas las experiencias duras que él vivió. Comenzando con la muerte de su padre lo que probablemente fue hasta causa para que Dostoyevski comenzara a sufrir de ataques epilépticos, pero sin duda la gota que derramó el vaso fue el haber permanecido 4 años en prisión, en donde estar encerrado no fue lo más duro, sino el castigo de no poder escribir. Y pienso yo... ¿qué peor castigo para un escritor de esa magnitud que no poder escribir? .... seguramente ninguno, debió haber sido una tortura; seguramente merecida de acuerdo a la opinión de las autoridades de aquellos tiempos, quienes no habían decidido en un prinicipio encerrarlo, sin embargo si lo llevaron hasta el momento cumbre de hacerlo escuchar las temidas palabras de: disparen, apunten.... y de repente, como un ángel del señor que le dice a Abraham que no mate a su hijo, se bajan las armas, y se le comunica que ha sido perdonado, pero que sí tendrá que cumplir una sentencia.
Y que sentencia tan dura... estos fueron seguramente los 4 años más difíciles para Dostoyevski, pero como dicen por ahí que lo que no te mata te hace más fuerte, le sirvieron para mejorar por completo sus escritos, los que tuvo que realizar al salir de la prisión. Ahí dentro aprendió mucho más a conocer el interior de las personas, y a convivir con la verdadera gente rusa.
Dostoyevski sin duda, es algo que hay que leer, no son obras literarias más; son escritos que encierran toda una historia, toda una vida, difícil sí, pero que nos dejará un gran sabor de boca. Dostoyevski no es leer sobre banalidades, es ir más allá, a la psicología... al alma.

domingo, 17 de octubre de 2010

Sobre Balzac...

Hay quien nace siendo literato, hay quien toma la pluma y pareciera que escribe sola, hay quien sólo necesita un poco de práctica para mostrar el talento que encierra; y hay quien en definitiva simplemente no nació para ser escritor y termina siendo uno de los personajes más importantes en la literatura. Sí, hablo de Honoré Balzac; un hombre bastante ordinario que llegó al mundo un 20 de mayo de 1799 por algún lugar de Francia, para vivir una infancia que no fue nada fácil; empezando por la falta de amor por parte de sus padres, especialmente de su madre.Debido a este hecho, Balzac, como era de esperarse, buscó llenar ese vacío y esa falta de la presencia de una figura materna, con otras mujeres, casi simepre mayores que él. Seguramente no fue fácil para Balzac, como no lo sería para nadie que hubiera tenido una infancia tan vacía, llevar una vida normal; sumándole el haber sido enviado por sus padres a internados para que estudiara, cosa que nunca se le dió mucho, pero aún así, aunque medio de panzaso, logró culminar sus estudios básicos. Pero esto no significó que Balzac pudiera comenzar a estudiar algo que realmente le gustara; por el contrario, una vez más sus padres intentando truncar su futuro (aunque no a propósito), lo obligaron a estudiar Derecho, aunque esto no fue un impedimento para que Blazac comenzara a relacionarse más de cerca con lo que realmente le apasionaba, así que tomó cursos de filosofía, se interesó mucho más por la lectura y la escritura y decidió hacerlo de manera profesional.
Pero la decisión tomada no era suficiente para ser un verdadero literato, si ha habido alguien en la historia de la literatura a quien le haya costado trabajo y que haya tenido que luchar de verdad por lograr su sueño fue a Balzac, quien definitivamente no tenía el talento en la sangre; si lo tenía seguro estaba en el interior de los huesos, o incluso más escondido, porque fue alguien que de verdad tuvo que luchar, y pasar por una gran serie de decepciones. Pero como decían por ahí, una mentira repetida mil veces, se puede convertir en verdad, y Balzac tuvo que escribir miles y miles de textos para poderse convertir en un verdadero escritor.
Hoy podemos decir que Balzac es uno de los más importantes representantes del realismo, en dónde el héroe puede ser cualquier persona, y en dónde los detalles plasmados nos hacen imaginarnos sus historias como si estuvieramos viendo una película. Balzac utilizó además una técnica muy interesante que consistía en mezclar los personajes de diferentes novelas, así que el protagonista de alguna de sus novelas podía ser un personaje secundario en alguna otra.
De los escritos de Balzac, podemos destacar la Comedia Humana, un conjunto de 137 obras (50 de ellas incompletas) que mostraban un estudio de la sociedad francesa.
La historia de Balzac tuvo sus momentos de felicidad, de riqueza después de tanta pobreza, de amor después de tanta falta de éste, pero desgraciadamente también hubieron muchos excesos despúes de tanta escasez, lo que lo llevaron a endeudarse y a terminar con su salud, y más tarde... con su vida.
Balzac fue un necio de verdad, que lucho por lo que quería hasta lograrlo, pero que desgraciadamente una vez que lo tuvo no supo como manejarlo, terminando la historia sin un final feliz.

lunes, 4 de octubre de 2010

romanticismo

Para mí el romanticismo es algo así como lo que nos pasa cuando estamos enamorados, pero enamorados de verdad; cuando dejamos de hacerle caso a la razón y sólo escuchamos al corazón, a lo que nos dicen nuestros sentimientos, cuando nos sentimos fuera de la realidad, como en un sueño. Es como cuando sentimos que por amor podemos hacerlo absolutamente todo; y no hablo únicamente del amor color rosa, el que es perfecto y que no duele; hablo por el contrario del amor con todas sus partes negras, las que nos destrozan el alma, pero que no son suficientes para hacernos dejar de amar.
Ese tipo de amor, es el que se plasma en el romanticismo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Aguanile

Tengo que admitirlo, hay mil cosas que me recuedan a él, sí, aún después de más de ocho años. Supongo que todo lo que hemos vivido fue lo suficientemente fuerte para que siga aquí. Pero de todas esas cosas, no hay nada que me haga tenerlo tan presente ni sentirlo tan cerca como esa canción.

Una canción... que romántico ¿no?, y lógico a la vez, pues estoy segura de que todo mundo tiene al menos una canción que le recuerda a ese alguien especial, que le hace revivir momentos inolvidables, que le lleva a un mar de sueños y pensamientos.

Parecería entonces que no hay nada de especial el recordarlo con una canción, pero qué canción la mía... Aguanile.. sí, esa del famosísimo Hector Lavoe y que sin embargo casi nadie conoce. o la conocen pero no la entienden; igual que yo, que no tengo ni idea de lo que dice en realidad, y que lo único que se es que tiene alguna relación con la santería. Pero no me importa entenderla, pues a mí me dice algo que a nadie más le dice. Para mí escuchar esa canción, es saber que él está ahí, pensando en mí, recordándome; me dice que aún estando tan lejos, seguimos estando cerca; y es impresionante como esa canción, que no dice nada y a la vez lo dice todo, deja de ser canción para convertirse en su recuerdo, para conertirse en él.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Un Hombre Afortunado (Neoclasicismo)

Como un ruido que sucumbe en sus entrañas, golpea fuertemente su sueño, este ruido indicando el nuevo día así Pepe despierta, corriendo se levanta, corriendo va a la regadera y de la regadera al ropero, con tanta velocidad se prepara para desayunar algo, simplemente lo necesario, unos ricos huevos con jamón, un poco de leche tibia y enseguida rumbo al carro, con una sonrisa en la cara Pepe avanza y comienza el día.

Para su sorpresa el amanecer no le brinda lo esperado, -otra vez, lo de siempre-dice pepe, pues era algo típico, el tráfico batía en todas las calles, creaba un berenjenal de autos, muchos de ellos pitaban en unísono para agilizar el tránsito, -lo bueno que me desperté temprano- comentaba para sí.

Al correr de media hora éste se había agilizado pero enseguida comenzaba de nuevo esta vez no por tantos autos, sino por las calles, repletas de hoyos y conos rojos tratando de evitar el golpe inoportuno de algún vehículo, Pepe por la prisa decide avanzar con velocidad por el lado derecho de la carretera, qué error pudo cometer, enseguida la torreta de un vehiculo y el altavoz del mismo de indicaba se orillara, así entonces nuestro querido Pepe llegaba a su trabajo con 500 pesos menos en el bolsillo, con una cara de enojo y desesperación pues vaya mañana que le ha tocado, en expectativa de una mejor que nunca se acercó.

Y allí yacía, el inmenso bloque de metal que a cualquier transeúnte que deseara verlo le agudizaba la vista por el reflejo de otro imponente amigo, el sol. Ya hacía mas de 10 años que Pepe trabajaba allí, pero después de tanto tiempo, este era el día indicado, a nuestro querido amigo ya no le importaba el tránsito, los baches, ni algo policía panzón; iba con la mejor actitud, pues era este y no otro día, aquí se definía si el era un empleado más o alcanzaba un rango mayor, -hoy me llamarán jefe- decía para sí.

Con una sonrisa que no le entraba en el rostro, decía

-Hola Carmelita, Hola Esther, buenos días-

-Que tal Pepe, Suerte-, le regresaban sus compañeros.

-Creo que es hora de arreglar este cubículo

- Pepe comenzó el día laboral como todos los demás, limpiando su espacio de trabajo, haciendo y deshaciendo números, con la misma velocidad de siempre.

-Oye pepe me mandó a llamarte el Jefe, amigo suerte-

-No digas mas Rodo o me la salarás-

-Ni quien pueda hacerlo esta vez Pepin-

Esta vez la sala de espera junto a la secretaria parecía inmensa, el sol no entraba y adentro parecía un invierno, los nervios le recorrían el cuerpo, ella no se movía, solo escucho decir, -en un momento te recibirá Pepe-, con un gesto de amabilidad, respondía. Los minutos eran crueles, puntadas en el corazón, sudados.

-Adelante Pepe-, la sala principal era inmensa, él yacía en su escritorio, la fuerza en su mirada y las canas hacían notar que algo andaba mal.

-Siéntate José por favor; entiendo que estas buscando el puesto de Jefe de departamento, no es así-

-En efecto señor-

-Pepe, ¿te puedo llamar así?-

-Claro señor-

-Disculpa que sea yo quien te lo diga pero se que has estado con nosotros por largo tiempo, pero me han caído y esta vez en grande-

-Nuestros accionistas me piden resultados, y éstos no son nada prometedores, te has percatado que todos los costos han incrementado, con la alza en el IVA, la gran cantidad de personal que tenemos y los ingresos bajos…-

-Perdón que lo interrumpa Jefe, que es lo que quiere decir-

-Lo lamento mucho Pepe, pero tengo que pedirte tu renuncia-



El día ahora era gris, la mirada de nuestro amigo, había cambiado, nada había sido más pesado y difícil que levantar sus cosas del escritorio, juntarlas, era como juntar una vida de sueños que han caído en un terrible pozo, tan profundo como la herida que ahora llevaba a cuestas. –Qué le diré a mi esposa, con qué cara, mis hijos- no era más un día feliz, no había calma, todo era desesperación.

Con lágrimas en los ojos, los hombres bajos y las pisadas lentas, como marcha fúnebre Pepe caminaba hacia su coche, un espacio que ahora no le pertenecía.

Con ira en el rostro manejaba hacia algo que erróneamente creía que lo calmaría. El bar estaba ya a dos calles.

-Lo más fuerte que tengas, por favor-, y veíamos a nuestro amigo caer ante una sociedad que no te dejaba florecer, que te detenía que te refugiaba ante una tempestad en un pequeño rincón, cubierto de oscuridad, sosteniendo una copa y escuchando el dolor.



-Ni una más, señor, antes quiero ver si puede usted pagar- el cantinero le había servido ya un mundo de alcohol.

De su bolsillo sacó el dinero, eso y un poco más. El cantinero feliz,

-¿otra copa amigo? –

-No creo que eso me de trabajo, no creo que tú consigas algo mejor, ¡no creo que nadie, malditos borrachos, tenga un ápice de oportunidad! –

Llorando y sin alma, Pepe se despide sin decir una palabra, afuera el cielo seguía gris, mas nublado que antes, la tarde golpeaba su horario, y la lluvia comenzaba a dejarse ver. Confundido, olvidado y sin fuerzas, zigzagueaba por la calle, mientras dos siluetas lo seguían.

Antes de llegar a una esquina aquellas dos siluetas se veían mas cercanas, un golpe del destino.

Con un cuchillo en la espalda y unas manos en los hombros, Pepe solo escuchó:

-Dame todo lo que traigas, pero rápido sino te quieres morir cabrón-



Como un recién nacido, huérfano, en cuclillas, sin zapatos y sin playera, sin nada. Así era la imagen de nuestro amigo, llorando y preguntando el por qué de las cosas.

Minutos después tomo de nuevo el aliento un poco cansado caminó hacia su casa, no tenia idea de qué le podrían decir, con que saldrá ahora su mujer, qué le diría a sus hijos, su educación, con que énfasis los abrazaría. El timbre sonaba algo confuso ahora, la puerta no era la misma, la calle había cambiado nada tenía sentido.

-¡Mi vida!, pero qué te pasó-

-No puedo más, los malditos policías me bajaron mi dinero, golpeé el carro con un gran bache, me han corrido del trabajo, me asaltaron, deje el carro abandonado, y no tengo dinero…-

-Mi vida, ven aquí, tranquilo, tus hijos te esperan te quieren abrazar-

Vaya imagen más hermosa, una casa acogedora, unos hijos cariñosos y una mujer amorosa, sin duda alguna Pepe era el más afortunado.