Yo creía que todos los escritores, para ser reconocidos como uno de los mejores del mundo o de su época, tenían que haber tenido una vida trájica, llena de dificultades para poder llegar a ser lo que fueron, y que una vez que lo lograban, o ya estaban a un paso de su muerte, o la fama y el reconocimeinto los llevaba a perderse en vicios de cualquier índole, y por consecuencia, a su muerte. Sí, eso creía hasta que llegó Tolstoi, el ejemplo de hombre para la literatura, y no precisamente por sus escritos, que si bien eran buenos, no eran los mejores, pero si fue un ejemplo por la vida que llevó; caracterizada por ayudar a los más ncesitados y por querer alejarse de lo material: que ironía no, mientras unos escribían y escribían para poder llegar a ser reocnocidos y tener las cosas materiales que nunca habían podido tener, Tolstoi en cambio, buscaba la manera de deshacerse de todo para dárselo a gente que lo necesitara. Era algo así como el bueno de la película, lo que se reflejaba en sus escritos, pues en todos ellos quedaba alguna enseñanza, que llevaba al lector a reflexionar sobre diferentes aspectos. Pero aunque sí, sus escritos eran muy motivadores, la redacción a mi parecer no era la mejor. Me parece que mucha gente no reconocida como de los mejores escritores del mundo, podría redactar escritos mucho más llamativos, y que dieran más oportunidad a que volara la imaginación.
Debo decir que los escritos de Tolstoi no son mis favoritos, pero ubicándonos en el contexto de que él se preocupaba principalmente por los campesinos, entonces la redacción era la idonea; clara, sencilla, sin palabras rebuscadas y siempre con una enseñanza.
La personalidad de Tolstoi se vió reflejada en todos sus escritos, y coincido con Pablo Guinsberg ( mi profesor de literatura) en que más vale la pena leer a Tolstoi por su vida que por sus propios escritos.
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